
Cerca del viejo manzano,
donde el camino del olvido
lleva al cruce del pasado,
un corazón y una rosa se conocen,
la rosa tiene el pelo cano,
el corazón, un sombrero en la mano.
La rosa tiene la mirada extraña,
quién es el corazón que la saluda,
que dulce palpitar ha encontrado
para sentirse a su lado tan segura.
Él que la conoce, la mira,
le relata historias
de su glorioso pasado,
anotadas en un viejo diario
que a todos lados le acompaña.
Pobre rosa que sin saber porqué

maldita sea esa enfermedad
que te roba los recuerdos
de todo lo que has amado.
Mañana estará en el manzano
la rosa de pelo cano,
esperando como cada día
las palabras de bienvenida,
volverás a contarle su bonita historia
para tener otro segundo de gloria.
Mientras ella se va
por el camino del olvido,
Gritas!
Dios mío llévate de mí
lo que tú te quieras llevar,
si tú quieres, hasta mi vida,
pero déjame la memoria,
si tengo que vivir mi muerte
solo te pido una cosa,

se olvide de mi adorable rosa,
quiero irme recordando
lo mucho que la estoy amando.
Ceràmiques: Cinta Dalmau
Fotografies: Joanan
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